El Museo del Romanticismo: descubriendo Madrid

Museo del Romanticismo - Madrid

Llevaba con esta entrada en el tintero desde que estuve desayunando en buena compañía en el Café del Jardín, hace más de un mes ya. Se me quedó entonces la intención de compartir contigo mi recorrido por uno de esos lugares de Madrid que, me da la sensación, no son tan conocidos: el Museo del Romanticismo.

Se trata de una casa-museo situada en pleno centro de Madrid, que muestra una importante colección de materiales que nos permiten una clara visión del Romanticismo en España a través de pinturas, mobiliario, dibujos, estampas y otras artes decorativas. Tienen también alguna muestra de fotografía aunque, según lo que he visto, guardan más en sus fondos de lo que exponen y me parece una pena porque no hay tantas ocasiones de ver daguerrotipos, ambrotipos y otros procedimientos fotográficos del siglo XIX. Pero, bueno, también entiendo que es un material delicado y que su exposición debe valorarse con cierta cautela.

El edificio, del siglo XVIII, ha pasado desde que se convirtió en museo en 1921, por diversas reformas que han mejorado sus itinerarios. La visita, dependiendo de lo que te pares, puede durar una hora aproximadamente y te lleva por diversas salas y salones cuya decoración ayuda que imagines la vida y las costumbres en la España del Romanticismo. En la entrada, además, te proporcionan un librito que va explicando cada una de las estancias, objetos más interesantes y su conexión con la historia, algo que, al menos yo, lo agradezco mucho. También organizan visitas guiadas muy a menudo.

Aunque no puedes salir de los itinerarios, ni pisar fuera de la alfombra en determinados espacios, me parece que puede ser interesante para visitar con niños. Estoy segura de que les llamarán mucho la atención las estancias más cotidianas, como las habitaciones o el aseo, tan diferentes de lo que conocen. Al finalizar el recorrido, podemos ver una maqueta de la casa-museo en la que, mediante holografías, se muestra a personajes de la época en movimiento, desenvolviéndose en las diferentes habitaciones. Las cocineras preparando la cena, la familia alrededor de la mesa con el comedor engalanado, una pareja llegando en coche de caballos y otra bailando en un precioso salón. A mi me pareció fascinante.

Museo del Romanticismo - Madrid

Museo del Romanticismo - Madrid

Museo del Romanticismo - Madrid

Museo del Romanticismo - Madrid

Museo del Romanticismo - Madrid

Museo del Romanticismo - Madrid

De hecho, el Museo del Romanticismo organiza variadas actividades mensuales para los pequeños, jóvenes y familias que tienen una gran demanda. Hay que estar atento a la web, porque las publican a finales de mes para el siguiente, y reservar entonces porque puedes quedarte sin plaza muy fácilmente. A nosotros se nos pasó el taller sobre los aparatos precursores del cine y me dio mucha pena. También son interesantes las actividades para adultos, como el club de lectura, las conferencias o los conciertos. Hasta una tea party han organizado, en la que enseñaban el ritual del te en la época. Muy recomendable.

En estos próximos días, en los que Madrid se vacía con las vacaciones de Semana Santa, puede ser un plan interesante. Estando tan cerquita de Chueca, lo puedes combinar con una parada para reponer fuerzas en algún restaurante bonito y algunas compras, como lo que te propuse en mi último paseo tipográfico por este céntrico barrio. ¿Qué te parece la idea?

Fotógrafas que no suelen aparecer en los libros

 

Mujeres - Isabel Ruiz - Concepción Arenal

Esta semana se ha dicho y se ha escrito mucho sobre el Día de la Mujer, celebrando pero, sobre todo, reivindicando. Porque queda mucho por hacer en lo relativo a nuestros derechos. Grandes batallas, sí, pero también pequeños gestos para que podamos vivir en un mundo más justo y, en ocasiones, menos hostil para nosotras y para nuestras hijas.

No tengo intención de ponerme intensa pero, a pesar de que ya hayan pasado unos días, no quiero dejar de hacer mi pequeña aportación recordando que las mujeres somos, a menudo, olvidadas en los libros de historia.

Cuando te asomas a una historia de la fotografía, las fotógrafas son minoría, sobre todo en sus primeros años, allá por el siglo XIX. No debía ser fácil ser mujer entonces, y menos practicar una afición como ésta. A pesar de ello, me molesta leer en algunos textos sobre la excentricidad de algunas autoras. No creo que lo fueran más o menos que sus colegas masculinos y sí eran, sin embargo, mucho más valientes.

De aquella época, conocemos a Julia Margaret Cameron y poco más, aunque a medida que avanza el siglo XX, van surgiendo otros nombres. En los pocos estudios sobre historia de la fotografía en España que se han escrito, apenas aparecen hasta pasada la mitad del siglo XX, lo que no quiere decir que no haya fotógrafas antes. Valgan estas líneas como reivindicación de la mujer en la historia de la fotografía y como recuerdo a algunas de ellas que son prácticamente desconocidas para el gran público.

En el siglo XIX, gracias a las investigaciones de María de los Santos García Felguera, conocemos algunas fotógrafas que practicaban en nuestro país la fotografía de retrato en estudio, a nivel profesional. Como Anne Tiffon, conocida como Anaïs Napoleon, que regentaba, junto con su marido, la compañía fotográfica del mismo nombre, activa durante varias generaciones en Barcelona, y con sedes en otras ciudades. O como Sabina Muchart, que se establece y trabaja en Andalucía y cuya interesantísima historia empezó a conocerse en los años 90 del siglo pasado. Y Eulalia Abaitua, que comenzó a fotografiar también en el siglo XIX, ha dejado un extenso fondo fotográfico que documenta de manera detallista las costumbres y usos de su época hasta mediados del siglo XX.

En el siglo pasado, merece la pena recordar a Piedad Isla. Si hay algo que lamento profundamente es haber desaprovechado la ocasión de conocerla cuando unos amigos comunes se ofrecieron a llevarme a visitarla en Cervera de Pisuerga. La fotógrafa falleció en 2009, dejando más de cien mil negativos que componen un fondo etnográfico de gran valor y, a decir de los que la trataron, era una mujer con una inteligencia y personalidad chispeantes.

A Joana Biarnés le dijeron: «nena, la fotografía es un trabajo de hombres». Pero eso no la apartó de la cámara. Comenzó con el objetivo de ayudar a su padre pero pronto, no sólo se codeó con los personajes más destacados de los años 60 sino que se hizo un nombre propio como fotoperiodista. Merece la pena, y mucho, conocer su vida y su obra, que se va rescatando del olvido con proyectos audiovisuales más que recomendables.

Mujeres - Isabel Ruiz - Concepción Arenal

Si estuviéramos escribiendo una historia de la fotografía en España desde un punto de vista femenino habría que hablar, sin duda, de Cristina García Rodero, Colita, Isabel Muñoz y otras tantas. Pero eso daría para mucho más. Ya me dirás si te interesaría que te las presentara otro día.

La postal que ilustra esta entrada representa a Concepción Arenal y forma parte del proyecto «Mujeres», de la ilustradora Isabel Ruiz Ruiz, que merece la pena conocer. Me la envía mi querida Nuria, cuyo blog Un arma precisa ha sido uno de mis últimos grandes descubrimientos. Sus fotografías están llenas de fuerza, es una delicia leer sus textos y su humanidad traspasa la pantalla; suerte la mía de tenerla al otro lado y, pronto, más cerquita. ¡Gracias por pensar en mí, preciosa!

Ver aves en las Las Tablas de Daimiel

Las Tablas de Daimiel - Pasarela

Cuando te contaba nuestra escapada a tierras manchegas hace unos días, me guardé una parte del fin del fin de semana que nos gustó especialmente. Y es que la visita para ver aves en Las Tablas de Daimiel merece un espacio aparte. A unos pocos minutos desde el hotel, se ofrecieron a reservar la actividad para nuestro grupo, así que aceptamos sin dudarlo.

Tuvimos un día con una luz maravillosa, ya lo puedes ver. El cielo cubierto revelaba unas texturas increíbles, hasta el punto de que no podía dejar de fotografiar esa exuberante vegetación acuática entre la que nadaban unas cuantas aves. No es la mejor época para divisar una gran variedad de ellas, según nos dijeron, pero vimos algunas.

Las Tablas de Daimiel - Luz y carrizosTablas de Daimiel - Detalles paisaje

El Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel es un ecosistema que se produce por el desbordamiento de los ríos de la zona, unido a la falta de pendiente del terreno. Es un humedal que contiene una gran variedad flora y fauna. Esperábamos ver garzas y grullas pero no apareció ninguna en toda la mañana. Tampoco cigüeñas, aunque sí había muchas, en el suelo y en sus nidos, cerca del molino que está en la entrada al parque. También divisamos una gran variedad de patos y ¡hasta un petirrojo! que posaba delante de nuestras cámaras como una auténtica estrella.

Las Tablas de Daimiel - avistamiento de aves

Las Tablas de Daimiel - paisaje

El parque proporciona a los pequeños unos prismáticos, con lo que la diversión está asegurada. Les fascina poder ver las aves tan cerca. Más todavía cuando podían ver dibujados los animales que tenían delante en el libro ilustrado que les iba mostrando nuestra guía.

También vimos las huellas de los jabalíes, que hacen sus camas por la noche muy cerca de los senderos por los que íbamos paseando. Zorros, conejos, liebres y hasta nutrias habitan también los humedales junto con anfibios, peces e invertebrados.

Las Tablas de Daimiel - Aves

Tablas de Daimiel - Detalles paisaje

Aunque se puede visitar el parque libremente, hacer la visita guiada me parece todo un acierto. Nuestra guía nos fue mostrando las diferentes especies animales que salían al paso, nos nombraba las plantas que encontrábamos, explicaba curiosidades y hasta intentó que entendiéramos de dónde provenía el agua que llenaba las tablas y dónde y cómo nacía exactamente el río Guadiana. A pesar de sus esfuerzos, no acabamos de entenderlo del todo. Y es que aquello que aprendimos en el colegio sobre el nacimiento en las Lagunas de Ruidera, parece que no es correcto. En realidad, lo que conocemos como el Guadiana, no es un sino un aporte de las aguas de varios afluentes que salen al paso.

De las tres rutas senderistas que se pueden seguir, nos llevaron por la de la Isla del Pan, que finaliza en un aviario donde las aves pueden pasar un periodo de aclimatación. Son un par de kilómetros muy asequibles y entretenidos para los más pequeños, que correteaban entusiasmados por los caminos y pasarelas. Al acabar, se puede hacer el recorrido circular de la Laguna permanente y el itinerario de la Torre de Prado Ancho, este último de mayor longitud. También se pueden seguir rutas en 4×4 por zonas restringidas aunque nos parecieron más largas y estrictas.

Tablas de Daimiel - Detalles paisaje

Las Tablas de Daimiel - paisaje

¿Conocías las Tablas de Daimiel? Espero que te haya resultado un plan apetecible. No dejes de contármelo si te animas a visitar este maravilloso espacio natural.