Fotógrafas que no suelen aparecer en los libros

 

Mujeres - Isabel Ruiz - Concepción Arenal

Esta semana se ha dicho y se ha escrito mucho sobre el Día de la Mujer, celebrando pero, sobre todo, reivindicando. Porque queda mucho por hacer en lo relativo a nuestros derechos. Grandes batallas, sí, pero también pequeños gestos para que podamos vivir en un mundo más justo y, en ocasiones, menos hostil para nosotras y para nuestras hijas.

No tengo intención de ponerme intensa pero, a pesar de que ya hayan pasado unos días, no quiero dejar de hacer mi pequeña aportación recordando que las mujeres somos, a menudo, olvidadas en los libros de historia.

Cuando te asomas a una historia de la fotografía, las fotógrafas son minoría, sobre todo en sus primeros años, allá por el siglo XIX. No debía ser fácil ser mujer entonces, y menos practicar una afición como ésta. A pesar de ello, me molesta leer en algunos textos sobre la excentricidad de algunas autoras. No creo que lo fueran más o menos que sus colegas masculinos y sí eran, sin embargo, mucho más valientes.

De aquella época, conocemos a Julia Margaret Cameron y poco más, aunque a medida que avanza el siglo XX, van surgiendo otros nombres. En los pocos estudios sobre historia de la fotografía en España que se han escrito, apenas aparecen hasta pasada la mitad del siglo XX, lo que no quiere decir que no haya fotógrafas antes. Valgan estas líneas como reivindicación de la mujer en la historia de la fotografía y como recuerdo a algunas de ellas que son prácticamente desconocidas para el gran público.

En el siglo XIX, gracias a las investigaciones de María de los Santos García Felguera, conocemos algunas fotógrafas que practicaban en nuestro país la fotografía de retrato en estudio, a nivel profesional. Como Anne Tiffon, conocida como Anaïs Napoleon, que regentaba, junto con su marido, la compañía fotográfica del mismo nombre, activa durante varias generaciones en Barcelona, y con sedes en otras ciudades. O como Sabina Muchart, que se establece y trabaja en Andalucía y cuya interesantísima historia empezó a conocerse en los años 90 del siglo pasado. Y Eulalia Abaitua, que comenzó a fotografiar también en el siglo XIX, ha dejado un extenso fondo fotográfico que documenta de manera detallista las costumbres y usos de su época hasta mediados del siglo XX.

En el siglo pasado, merece la pena recordar a Piedad Isla. Si hay algo que lamento profundamente es haber desaprovechado la ocasión de conocerla cuando unos amigos comunes se ofrecieron a llevarme a visitarla en Cervera de Pisuerga. La fotógrafa falleció en 2009, dejando más de cien mil negativos que componen un fondo etnográfico de gran valor y, a decir de los que la trataron, era una mujer con una inteligencia y personalidad chispeantes.

A Joana Biarnés le dijeron: «nena, la fotografía es un trabajo de hombres». Pero eso no la apartó de la cámara. Comenzó con el objetivo de ayudar a su padre pero pronto, no sólo se codeó con los personajes más destacados de los años 60 sino que se hizo un nombre propio como fotoperiodista. Merece la pena, y mucho, conocer su vida y su obra, que se va rescatando del olvido con proyectos audiovisuales más que recomendables.

Mujeres - Isabel Ruiz - Concepción Arenal

Si estuviéramos escribiendo una historia de la fotografía en España desde un punto de vista femenino habría que hablar, sin duda, de Cristina García Rodero, Colita, Isabel Muñoz y otras tantas. Pero eso daría para mucho más. Ya me dirás si te interesaría que te las presentara otro día.

La postal que ilustra esta entrada representa a Concepción Arenal y forma parte del proyecto «Mujeres», de la ilustradora Isabel Ruiz Ruiz, que merece la pena conocer. Me la envía mi querida Nuria, cuyo blog Un arma precisa ha sido uno de mis últimos grandes descubrimientos. Sus fotografías están llenas de fuerza, es una delicia leer sus textos y su humanidad traspasa la pantalla; suerte la mía de tenerla al otro lado y, pronto, más cerquita. ¡Gracias por pensar en mí, preciosa!

Besos de película, fotográfica

piruletas de fresa

Una de las mejores cosas de tener hijos es revivir tu infancia a través de sus ojos. Siempre he sido lectora compulsiva, desde pequeña. No tengo demasiados libros de entonces no obstante, porque vivía muy cerca de una biblioteca y casi nunca los compraba. Conservo unos pocos. Y estos días estoy buscando una edición de uno de mis favoritos. Una edición de esas que que quieres guardar, de las que podrías dejar en herencia a tus nietos.

Desde la invención del beso, ha habido cinco besos en la Historia que fueron los más apasionados, los más puros. Este los superó a todos.

Quizá reconoces la cita. Si el libro es bonito, la película es divertida y deliciosa. Pero no vamos a hablar hoy de besos de cine sino, cómo no, de besos de película… capturados en fotografías. Es San Valentín y, aunque no nos entusiasme demasiado, nos ponemos tiernos con algunas imágenes de enamorados, que a mí me gustan particularmente.

piruletas de fresa

Si de besos hablamos, es obligado hacer referencia al de Times Square o al que preparó Robert Doisneau… aunque el propio autor no quedó demasiado contento con el resultado. Pero eso es otra historia. Son probablemente los besos más conocidos de la historia de la fotografía, pero prefiero descubrirte unos pocos besos fotográficos que han pasado más desapercibidos. ¿Vamos allá?

  1. Sin duda, refleja el espíritu parisino más tópico pero hay que ser un maestro para captar una instantánea tan chic, tan tierna y tan magistralmente compuesta.
  2. Ya te conté que era uno de mis autores favoritos. Su mirada nunca defrauda, sus puntos de vista son sorprendentes y sus fotografías me conquistan por su espontaneidad.
  3. Respeto profundamente a los fotógrafos que salen a la calle y son capaces de capturar la esencia de una ciudad a través de su gente, fotografiando momentos. Será mediático, sí, pero no por eso deja de ser, en mi opinión, uno de los grandes.
  4. Colorista, elegante, quizá un poco kistch, decadente y surrealista, esta serie ha supuesto una grata sorpresa.
  5. Seguro que recuerdas aquel vídeo de los desconocidos besándose que se hizo viral. Pues estas fotografías, de estética similar, se hicieron antes y aparecieron en una revista alemana.

¿Has seguido ya los enlaces? Te animo a hacerlo y a descubrir la obra de estos increíbles fotógrafos porque, de verdad, merece la pena. Si prefieres ver todos estos besos juntos, los he guardado, junto al resto de fotografías de esas series, en mi tablón «besos» de Pinterest. Estoy segura de que te van a encantar. No dejes de pasarte y, si te gusta esa red social, puedes recomendarme otros que conozcas y te gusten para completar el tablón.

 

 

Otras 5 revistas con fotografías inspiradoras

5 revistas con fotografías inspiradoras

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Hubo un tiempo en el que las revistas me obsesionaban. Sobre todo las revistas con fotografías inspiradoras, de esas que te hacen soñar. La de papel que llegué a acumular. Por ese entonces, daba clases de diseño periodístico en la universidad y no paraba de ver ejemplos de maquetación que guardaba para enseñar a mis alumnos mientras pensaba qué herramientas de aquella rudimentaria versión de quarkxpress que teníamos habrían utilizado. He perdido la cuenta de las veces que pude decir aquello de «menos, es más», «más aire» o «no es necesario que la tipografía grite».

Ojalá hubiera tenido a mi alcance entonces tantas opciones como nos proporciona ahora Internet. Gracias sobre todo a Instagram, he descubierto muchas de ellas que invitan a perderse en sus páginas. De algunas te hablé hace unos meses. Hoy vuelvo a la carga con otra tanda de revistas cuyas fotografías son inspiradoras. Te invito a que te acomodes, te dejo que vayas a por un té y una mantita y a que disfrutes de una tarde tranquila llena de inspiración. ¿Preparados?

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