Hoy viernes, que ya casi acabamos esta semana y nos reunimos en torno al blog para ponernos al día tomando algo, esta vez muy frío, tengo la tentación de hablarte del calor que hace y de la proximidad de las vacaciones. Porque es el monotema. Vamos sudando a todas partes, de mal humor y tachando los días en el calendario para apagar el ordenador y no mirar un papel más hasta después del verano. Por mi parte, me sienta hasta mal cuando me dicen «pero si los profesores tenéis dos meses de vacaciones, no te quejes». Porque no, los que yo conozco, tenemos 30 días como casi todo el mundo y las últimas semanas de curso, junto con la preparación del siguiente, nos traen de cabeza. Por no hablar de que estamos intentando adelantar trabajo para septiembre cuando este mes, no sólo es que me parezca muy lejano, es que me resulta ahora mismo impronunciable sin haber tenido unas semanas de descanso.
También ha sido la semana del fin de nuestro campamento, de hacer malabares para llegar a todo los que no tenemos horario intensivo y de tirar de los abuelos, benditos sean, aquellos que tenemos la suerte de poder contar con ellos. En esta semana, la palabra «conciliación» está muy presente porque, visto lo visto, falta mucho por conseguir en este sentido.
Pero no, no voy a hablar del calor que hace ni de las vacaciones que estamos deseando que lleguen, que me lío. En su lugar, te voy a contar que estamos disfrutando mucho con planes sencillos estos días. Las horas de piscina acaban con un ratito de tertulia en el parque. Los viernes, la cena en una de las muchas terrazas del barrio, se alarga. O si no, salimos a pasear hasta la heladería, aprovechando la caída del sol. Esto es vida.
Si te gustan los helados, me han recomendado La Romana y Rocambolesc. Aún no las he visitado pero me las he apuntado en mi lista de sitios pendientes de disfrutar. Nosotros nos quedamos con los de La Gelatería d´Angelo, que son artesanos, naturales, cremosos y nos quedan muy a mano.
También hemos seguido las recomendaciones de la guía mammaproof. Si estás pensando salir a comer por Madrid este fin de semana, no dejes de visitar Serafina. El local es precioso, los dueños son encantadores y la relación calidad-precio merece mucho la pena. Con la guía, los niños comen gratis y comen, además, muy bien. Y ya que hablamos de helados, no te voy a contar cómo está el sandwich de cookie con helado de algodón de azúcar. No me digas que no te tienta.
Además, uno de los dueños nos regaló una historia maravillosa. ¿A que has oído eso de «no lo conoce ni el Tato» o «no ha venido ni el Tato»? Bueno, pues Serafina está en la casa en la que vivía el Tato, un torero muy popular en el siglo XIX por su valentía en la plaza y que tenía un enorme poder de convocatoria. Tras una cogida muy desafortunada, tras la que tuvieron que amputarle una pierna, la calle Espoz y Mina acogió a una auténtica multitud, que venía a interesarse por la salud del matador. Espero que les permitan poner una placa en la puerta del edificio porque la historia es de esas que a mí me encanta conocer.
Espero que te hayan gustado las propuestas que te dejo. ¿Qué planes tienes tú? Cuéntame, me encanta oírte.
This week, everyone is talking about the heat and willing for holidays. We are almost disconnected for work as well. Though we still have to end the academic year and we are preparing the start of the next one. Oh, busy September! But at this moment, I can´t even pronounce that word, thinking only about lazy, sunny days. We are enjoying a lot with ice cream after dinner, when sun is down. There are many people out in the street too as days are very long. We have also discovered a new cozy restaurant in the center of Madrid which I would recommend you. What about you? How is your summer going?