Qué alegría nos da cuando llega el viernes ¿verdad? Por muy larga que se nos haya hecho la semana, los viernes comienzan con otro espíritu. Y a mí, me gustan particularmente y empiezan a saberme a fin de semana, cuando me tomo esté café (o té) contigo. Me alegra verte por aquí de nuevo. ¿Tienes ya tu café? No te olvides de coger una galleta. Ya sabes que por aquí no faltan, a ser posible, de chocolate.
Con este café sobre la mesa, te cuento que estoy contenta de haber aplicado la filosofía slow también al blog. Lo noto como un compromiso, pero no como una carga, lo que me hace estar más tranquila. Muchas noches no tengo que encender el ordenador después de cenar y eso es una estupenda novedad. Puedo dedicarme a leer, a guardar ideas, a planear entradas… Quizá más adelante, con más conocimientos técnicos y más inspiración, pise el acelerador pero, de momento, llevo un ritmo que me gusta y que parece que avisa del que adoptaremos durante el próximo verano.